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Pedro García González, Francesco Carotta y Jan van Friesland |
Jesús fue César
"Todas las figuras de los relatos de Jesús las encontramos – mutatis mutandis – en
la anterior historia de César, en los mismos lugares, el mismo orden y con significados similares.
Las coincidencias son sorprendentes.
Ambos son el Hijo de Dios.
Ambos mueren en la misma fecha: el quince de marzo y el quince de Nisán.
Ambos son acusados de querer convertirse en reyes.
Ambos llevan ropajes rojos y una corona, César una corona de laurel, Cristo una corona de espinas.
Ambos son expuestos en la cruz: el cadáver apuñalado de César como figura de cera en un tropaeum con forma de cruz; y Cristo, también con heridas, en una cruz.
Ambos son apuñalados por un militar llamado Longino.
Ambos tienen encuentros nocturnos: César con Nicomedes y Cristo con Nicodemo.
En ambos casos se presenta una cabeza cortada: la cabeza de Pompeyo y la cabeza de Juan el Bautista.
Ambos tienen un traidor: Bruto y Judas.
En ambos relatos hay alguien que se lava las manos como señal de inocencia: Lépido y Pilato.
Ambos tienen una relación especial con una mujer: César con Cleopatra y Cristo con María Magdalena."
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